Un suspiro rompió el silencio en aquel lugar, la cafetería se
había llenado de una fuerte y delgada tensión que inclusive se podría partir
con un cuchillo. Tallulah, se acerco sin miramientos hasta un costado de Tom,
reacomodo su sombrero de tela negro y pasando una de sus delgadas manos por los
hombros de este agregó –Oh Kaulitz, a ti sí que te gusta llamar la atención,
mira que buen publico te ah tocado esta vez- alargo su mano libre extendiéndola
como si estuviese presentando un espectáculo, la chica después negó con la
cabeza y le dio unas cuantas palmadas en la espalda a manera de reproche.
-No te importa lo que haga- levanto los hombros apartando la
mano de la chica claramente tenso –Son mis problemas, mantente al margen de lo
que te incumbe- lanzo una mirada fulminante a manera de advertencia, sacudió su
hombro como quien tiene polvo sobre este y camino hasta una de las mesas sentándose
de golpe. Tallulah puso sus ojos en blanco y de su bolsillo saco una pequeña
liga de goma, la enredo varias veces entre sus delgados dedos tratando de
disimular su nerviosismo. Eso era lo que comúnmente hacia cada que se ponía
nerviosa o en todo caso molesta, en lugar de arrancarse los últimos cabellos
que tenía en su cabeza prefería juguetear con su liga favorita, anteriormente
un médico le había dado aquel consejo, esperando que su patología estuviese más
controlada.
Las miradas de todos en la cafetería se clavaban en los 4,
murmuraban cosas, otros hablaban entre dientes y algunos más solo les dedicaban
miradas de rencor, impaciencia e inclusive odio. Habían llamado la atención de
la peor manera, eso se podía notar en cada centímetro del lugar pero a eses
grupo nuevo parecía no importarles en absoluto. Los pacientes, médicos y
algunos guardias de seguridad observaban sus pasos con detenimiento, esto no
era por lo caro de aquellas prendas que traían puestas, mucho menos los rostros
tan peculiares, o quizás que estuviesen aliados a pesar de ser tan diferentes. No.
Era otra cosa, simple curiosidad de un futuro pleito con alguien.
Los doctores adoraban las disputas, de no ser así no tendrían
alguna buena excusa para fundir sus cerebros con los electrochoques, drogarlos,
sedarlos y porque no, darles unos cuantos golpes como reprimenda, era buena idea dejarlos discutir y repartir
golpes, ya que la sala de “tortura” –por
decirlo así- sería utilizada con más frecuencia.
La joven psicópata observaba también atenta, aunque bien podría
decirse que estaba confundida más que otra cosa, su mente divagaba en cientos
de ideas erróneas y distorsionadas de lo que había sucedido, pues aquel anciano
y el chico la habían puesto un tanto tensa.
De pronto, Georg se encontró con la mirada atenta de Zafira,
la pobre chica confundida aun se encontraba petrificada en su sitio, era como
si la hubiesen congelado de un momento a otro. De la nada, un golpe directo a su
brazo izquierdo la hizo parpadear nuevamente, era Georg, presentándose como
mejor sabia.
Zafira se froto el brazo confundida, abrió ambos ojos y
estuvo a punto de decirle algo desagradable a ese chico, abrió la boca decidida
pero lamentablemente sus labios no emitieron sonido alguno. –Tu nombre estúpida,
ahora- una sonrisa idiota cruzo los labios de Georg y tras esto volvió a darle
otro golpe en el brazo contrario.
La psicópata frunció el ceño furiosa -¿Disculpa?- trato de
controlarse, no quería se sedada como aquel anciano impertinente. –Que me digas
tu nombre idiota- un tirón de cabello no se hizo esperar Georg la saludaba de
la mejor manera cordial. Zafira comenzaba a terminar con su paciencia, la vena
de la sien le palpitaba arrítmicamente –No sé quién te creas para tratarme así-
su timbre de voz se escucho demasiado molesto, elevo su brazo decidida a
defenderse pero antes de soltar una sonora bofetada en la mejilla del agresor
Tallulah le detuvo la mano.
-No, no, no. A él cuidado con tocarlo- sentencio la chica
moviendo su dedo índice de un lado a otro -¿Qué pasa calva? Si nos estábamos
divirtiendo- agrego Georg aun con aquella sonrisa burlona en su rostro. –No sé
quién demonios se creen, mucho menos me importa, pero vuelve a tocarme y no
saldrás con vida de aquí- de un tirón se libro del aprisionamiento de Tallulah observándola
disgustada, -Si, si lo que digas- Tallulah contesto secamente casi ignorando la
advertencia de Zafira, la psicópata no resistió mas y se alejo de ellos
saliendo por fin de la cafeteria. No quería armar un escándalo en el primer día
de ingreso, mucho menos ser catalogada como una idiota, era psicópata no
estúpida. Lo importante era que Tallulah ya tenia una enemiga segura.
-Siempre metiéndote en donde no te llaman niña imbécil, ya comenzaba a socializar con aquella chica- el rostro de Georg se volvió serio –Tranquilo, ya habrá tiempo, primero hay que comer idiota, muero de hambre- le guiño un ojo y se lo llevo a tirones para elegir comida. –Eh tío, no te quedes como una estatua… ven- Tallulah llamo con la mano a Gustav, que quizás por la impresión se había quedado prensado al igual que todos en un sitio previo, no dijo nada, y con las manos en sus bolsillos se acerco observando que alimento tendría que elegir.
*[Mientras tanto en los pasillos...]*
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Saludos amadas lectoras *o*
Aquí tienen la segunda parte de “la cafetería” espero lo
disfruten así como yo disfruto escribiendo cada capítulo. (Si se lían con los colores
de diálogos pueden decirme y poner “ Tom: Blablabla” )
Un beso enorme no se olviden de comentar *o*
¡Hola Eapple! ¡Mala!, me dejaste con las ganas de seguir leyendo >,<
ResponderEliminar-Oh ou ._. Al parecer Tallulah ya tiene una enemiga. ¿Ahora que pasara?, ¿(TN) se encontrara en el pasillo con alguno de los gemelos?, ¿Tom estara "ocupado"? Aiii no puedo esperar a saber >.<
PD: "¡Te ha quedado muy bueno el diseño de la pagina!, Te felicito=D"
PD2: "Cuando puedas, pasate por mi fic c: http://ihaveaheartoftitanium.blogspot.com "
Sube pronto. Cuidate. Besos. Au revoir! (*-*)/
BY: #Nuri#