El olor a buena comida, a té caliente y a zumo de frutas se
perdía mientras Zafira se alejaba de la cafetería, aquellas enormes puertas
rechinaron un poco al ser abiertas bruscamente, pero es que la joven de
cabellos castaños necesitaba urgentemente salir de ese lugar, los pacientes que
hasta ahorita había conocido habían agotado su paciencia logrando perturbar su
paz.
En los pasillos reinaba el silencio, el piso reflejaba al
interno que caminaba por ahí, incluso podría oírse el golpetear de aquellas
pisadas apresuradas que Zafira daba, una vuelta aquí, y más allá, un giro hacia
la izquierda, dos a la derecha, la psicópata no sabía ni a donde iba. La
ansiedad de alejarse de la cafetería era tal que su velocidad al caminar
incremento, las vueltas en cada pasillo se veían cada vez más cerradas, su
respiración se agolpo de repente en sus pulmones, estaba claramente
desesperada. Incluso pareció escuchar claramente como alguien la seguía, mas
sin embargo no se giro, estaba ansiosa de escapar de aquella “zona de batalla”
en la que había estado, compartiendo inútilmente oraciones con enfermos carentes
de cerebro.
Varias preguntas retumbaban en su cabeza nublando su mente y
razón, no se dio cuenta en que momento sus pies se resbalaron y cayó de
bruces en el piso cerca de unas
extremidades y largas que se sitiaban detrás de ella. La poca fricción que el
suelo tenía, la desesperación y la velocidad con la que caminaba fueron
claramente mala combinación, ahora se encontraba literalmente a los pies de un
desconocido.
-Mierda- mascullo la joven aun en el suelo, apretó sus puños
con desespero y no se movió ni un momento de aquella vergonzosa posición.
-Permíteme ayudarte- una voz grave, masculina y segura llego a sus
oídos. Zafira negó con la cabeza, pero unas manos firmes rodearon su estrecha
cintura con suma delicadeza, la levantaron con dulzura hasta que los pies de la
chica tuvieron de nuevo apoyo contra el piso.
La psicópata levanto la vista, de nuevo el, el que le había
ofrecido su ayuda después de un escupitajo, ese joven de rasgos casi perfectos,
de modales hasta ahora exquisitos, estaba frente a ella nuevamente. Zafira
juraría haberse sonrojado, lo intuyo al ver la reacción divertida del chico
frente a ella.
-¿Porque me seguías?- pregunto secamente después de
sacudirse sus ropajes de un polvo invisible y restregarse las mejillas dejándoselas
aun más rojas.
-Las palabras que esperaba eran de agradecimiento- comento
Bill con una media sonrisa
-¿Por qué me seguías?- pregunto nuevamente
-El hospital el libre- agrego él a manera de burla
-Los acosos no están permitidos según veo- Zafira se cruzo
de brazos y por inercia dio dos pasos hacia atrás, sin dejar de observar a Bill
con aquella mirada fría y vacía que tenia siempre. –Si rompes las reglas tu
castigo será fatal- comento como si sus labios se moviesen por si solos, aun no
tenía idea de las reglas en este lugar, la enfermera que la atención a su
llegada no le dio ni la mas mínima descripción, navegaba sola en un mar de
peligros.
-¿Acoso? Por favor,
no me interesa acosar a la próxima víctima de mi hermano- levanto sus
hombros quitándole importancia al asunto –Aquí entre nosotros, yo creo que
deberías alejarte de él, es un peligro- susurro con descaro, ahora ¿Dónde
estaba el joven dulce? –Te puede hacer daño- sentencio con el ceño fruncido
-El que tiene que tener cuidado es el- la joven giro su
rostro evitando mirarlo siquiera
-Yo me preocuparía más por ti, es un insufrible y no le
importa el dolor ajeno-
-Tal parece que en algo coincidimos él y yo- Zafira lanzo
una mirada de reproche hacia Bill ¿Qué se creía hablándole de ese modo? ¿Acaso
no tenía idea de con quien se metía?
-Le interesas, lo sé. Solo eh venido a advertirte-
-Acabas de admitir que me seguías- ladeo la cabeza y se cruzo de brazos
-Como dije, el hospital es libre, además..creo que eres lo suficientemente toda como para caer ante el, todas lo hacen-
-Yo no soy como todas- Respiro, odiaba ser comparada
-Como sea, es tu decisión-
La psicópata frunció el ceño, entrecerró los ojos y se dio
media vuelta ignorando aquellas palabras, no tenía idea porque, pero ya odiaba
a todo el mundo y si Bill continuaba con aquella arrogancia pasaría a estar en
su lista negra.
****************
-Ahora que sucedió- la voz de Tom rompió el incomodo
silencio en aquella mesa, los nuevos internos se encontraban reunidos tomando
un buen refrigerio, curiosamente después de aquellos acontecimientos su hambre había
incrementado.
-Nada estúpido, la imbécil de Tallulah intervino nuevamente-
Georg puso sus ojos en blanco, y continuo paseando una pequeña aceituna en su
plato.
-No es mi culpa, nadie tiene derecho a tocarte, por más
bella o inteligente que sea- Tallulah se
llevo un trozo de lechuga a la boca y se concentro en comer más que en la
plática que se llevaría justamente ahora. La joven, estaba perdidamente enamorada
de Georg, sentía celos hasta de su propia sombra, lamentablemente la relación
entre ambos estaba en los límites de lo imposible, dejando a Georg como un
simple amor platónico para ella. Siempre que trataba de acercarse a él obtenía rechazo,
había aceptado el puesto de “amiga” que le ofrecía aquel corpulento joven, actuando
sumisa y callada cuando él lo ordenaba, casi podría decirse que era más bien un
objeto con que desquitarse que una chica enamorada.
-¿Quién era ella? Era bastante linda- una sonrisa de medio lado
cruzo el rostro de Tom, combinando a la perfección con una mirada llena de
malevolencia y sed de saciedad.
-¿Qué parte de “no- lo- se” aun no comprendes Kaulitz?
Estaba casi seguro que la perra me diría su nombre, pero entonces, Tallulah se
interpuso- Georg le propicio un pellizco a Tallulah cerca del cuello, ella solo
dio un respingo y continuo comiendo.
-Es una lástima, pero bueno, ya habrá tiempo de presentarme-
apoyo sus manos en sus barbilla y suspiro pensativo
-No lo creo Kaulitz- interrumpió Tallulah –Bastante tiene la
chica con una presentación de tal magnitud como la de hace rato- se llevo una
mano hacia su cuello, restregando con suavidad la parte lastimada intentando amortiguar
el dolor.
-Nadie pidió tu opinión- contesto Tom –Tendrías que aprender
a cerrar la boca cuando estamos hablando-
-Bien ya- Tallulah negó con la cabeza y continuo comiendo,
ella no soportaba ver como otras chicas parecían ser buenas candidatas a
futuras víctimas de Tom, después de todo era una chica, y como tal odiaba ver
como usaban cual juguetes a las demás. Lo que le molestaba incluso más, es que después
de que Tom se saciara a su manera con ellas, las jóvenes victimas en busca de
una estúpida muestra de afecto terminaban poniendo en riesgo su vida, pues las
muy desesperadas acudían a Georg, ganando solamente golpes y más golpes.
-Me interesa, quiero saber su nombre- repitió Tom con cierto
desespero
-Pues yo creo que Bill ya se adelanto- Georg se encogió de
hombros y sonrió de manera burlona
-¡Ja! William es un imbécil, un marica y un patético virgen-
-No se sabe si a la perra le gusten los maricas, de ser así
en todo caso seguro que se fijara en ti Tom-
-Jodete- con una seña de su dedo medio se soltó a reír, una carcajada estrepitosa y grave
-¿Podrían callarse de una vez? – Irrumpió Gustav –intento
comer algo, la comida del otro hospital era una bazofia comparada a la de este,
por una vez en su vida separen los malos ratos y el sexo para después- dijo tras darle un buen sorbo a un zumo de
durazno que tenía a su lado.
-Yo doy mi voto- la joven castaña levanto su mano sonriendo
-Nadie ha pedido tu opinión-
-Bien, comamos entonces- la conversación dio termino, ninguno
intercambio palabra alguna hasta terminar de comer, solo permanecía un ambiente
pesado, las miradas hostiles hacia ellos no podrían contarse siquiera, no eran
buen recibidos.
****************
Saludos lectoras, les doy la bienvenida a las nuevas *o*
Espero que sea de su agrado esta historia, que si les doy un
adelanto en el próximo capítulo comenzara el verdadero desenlace.
Comenten que tal les parece, si hay algo que podría cambiar
Saludos nos vemos en el próximo.
¡Hola Eapple! =D ¡Wow!, un mal día para Zafira.
ResponderEliminar-Bill se ve que no es mala persona, pero con esa actitud semi-chocante claro que lo parece. Como se nota que Tallulah es bien masoquista, pero bueno, cada quien con lo suyo ¿No?. Tom, de el no tengo nada que decir, por raro que parezca, solo que, me intriga saber el porque él y Bill se odian tanto.
PD: "Ya te envié la solicitud a facebook :), soy 'Ylnur'"
PD2: "Gracias por estar subiendo tan seguido, bueno, mas rápido de lo normal x$ jeje"
PD3: "-No hay posdata-"
-Sube pronto. Cuídate. Besos. Au revoir!
BY: #Nuri#
Esta genial el capitulo! Que estes bien adios y sigue subiendo! Esta interesante :)
ResponderEliminar:OO Soy nueva lectora :3.
ResponderEliminarAl principio el prólogo me interesó, pero perdí el link y bueno... Ya no pude continuar con tu historia... ¡Al menos ya estoy aquí! c:
¡Wow! Con tan solo leer la patología de Tom hasta ya me dió miedo xD :s. Yo creo que soy como Georg e.e (ñee, no es cierto xD) ¡Tienes que subir pronto!
Nos vemos! :B